jueves, 23 de octubre de 2014

Errores a evitar en las relaciones de pareja



Hoy hablamos de varios de los errores que tendremos que intentar evitar si queremos que nuestra relación de pareja evolucione de forma sana y feliz.


 1. La sexualidad… ¿individual o conjunta?

El primer error cuando se tiene una relación de pareja es pensar que se debe compartir todo. Por mucho que dos personas sean pareja, tanto uno como el otro siguen siendo personas individuales, con sus caracteres, sus deseos, sus motivaciones… Cada uno acepta y vive su sexualidad de una manera, y es esa forma de expresarla lo que decide compartir con la otra persona. La sexualidad sigue siendo única e individual, mientras que lo que se comparten son los gestos y actos. Por supuesto, solo los que se desean compartir.

Pero de nuevo, es importante recalcar que el hecho de tener una vida sexual en común no elimina la vivencia de la sexualidad de forma individual. Pensar lo contrario sería otro error. Se trata de poder decidir compartir ciertos momentos y experiencias y, aún así, seguir reservando para vosotros otros momentos, fantasías o deseos. No existe ninguna ley escrita que obligue a comunicarse las fantasías eróticas o los antecedentes en cuanto a vivencias sexuales. Si se desea compartir, perfecto, y si no, también.

2. ¿Debemos contarle todo a nuestras parejas como muestra de afecto?
Por mucho que dos personas decidan compartir ciertos aspectos de su vida, eso no significa que se fusionen. Esta idea va a ser clave si queremos evitar disputas y malosentendidos.

Evidentemente, la comunicación es imprescindible entre los dos miembros de una pareja. Pero comunicarse no es lo mismo que hablar, y tampoco, como decimos, es necesario hablarlo todo.  Quizás esto os chirríe a algunos, sobre todo a las mujeres, ya que usualmente utilizamos la conversación de una forma casi terapéutica. Hablar nos relaja y nos ayuda a vincularnos más con la otra persona. Sin embargo, si se impone como norma la necesidad de hablarlo todo, puede convertirse más bien en un acto tedioso que en una forma natural de relacionarse. Si tu pareja no quiere hablar de algo, no significa que no te quiera, simplemente no le apetece hablar de ello. Y hay que respetarlo. Quizás te esté comunicando de otras maneras y solo tengas que aprender a leerlas.

Por supuesto, tampoco es necesario compartir todo vuestro tiempo y vuestro espacio. Como sabéis, calidad no significa cantidad. Si no se dispone de momentos para estar con los amigos o incluso solo/sola, entonces es más fácil que se produzcan los choques. Y es que muchas veces se pagan las frustraciones con quien tenemos más cerca, que si siempre es la misma persona, también puede acabar dolida y cansada de la situación.

3. Dudas e infidelidades… ¿se cuentan?
 En ocasiones surgen las dudas sobre si la relación de pareja que tenemos está yendo bien o si, por el contrario, hay algo que nos gustaría cambiar. En esos casos hay quien espera a que el otro se dé cuenta y quien lo dice abiertamente. Los primeros evitan el momento tenso de conversar sobre los problemas, así como el enfrentamiento con el otro, pero al mismo tiempo hacen que se prolongue la dificultad. Los segundos aceptan los problemas y tratan de solucionarlos, pero tienen que lidiar con una pareja que puede sentirse decepcionada ante la revelación de las dudas.

¿Qué ocurre cuando aparecen las infidelidades? Casi todo el mundo coincide en que 1: no les gustaría que les engañaran, y 2: les gustaría saberlo si eso pasa. Parece que la situación está clara cuando ha habido acto sexual, y entonces se considera muy lícito “castigar” al infiel. Ha traicionado la confianza de su pareja y por eso "merece" sufrir.  Si la pareja decide perdonarle es que es "un/a pardillo/a". ¿A que no os resulta ajena esta idea?
El tema no es tan sencillo cuando hablamos de otros hechos más sutiles. Por ejemplo, cuando uno de los miembros de la pareja habla mucho con otra persona del sexo que usualmente le atrae, ¿debe comunicárselo al otro miembro? Y si se dio un beso con alguien en una noche tonta, ¿debe decirlo? ¿Y si tiene fantasías con otra persona que conoce? ¿Son eso cuernos? Decirlo conlleva el riesgo de que la pareja se enfade y hasta decida romper la relación, pero ocultarlo supone que si se llega a enterar de alguna otra forma, no volverá a confiar en el otro/la otra. Seguro que cada uno tenéis vuestra opinión, y el error aquí está en considerar que todo el mundo piensa de la misma manera. Ni siquiera basta con tratar de ponerse en el lugar del otro. ¿Solo hay un culpable? ¿Cómo estaba actuando la otra persona últimamente? Quizás no haya que ahorcar a nadie y más bien merezca la pena plantearse qué hay detrás de lo sucedido. Perdonar o no perdonar no es tanto la cuestión como el cómo vive realmente cada uno ese hecho y si realmente es posible seguir hacia adelante. 
Sé que este tema es muy controvertido así que... ¿qué pensáis?


Alejandra Enebral

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