En mi nuevo artículo para la revista online Malicieux Magazine, hablamos de las dificultades por las que pasa una pareja cuando uno de sus miembros no desea mantener relaciones eróticas. A continuación, os
presento ciertos hechos que necesitaremos
tener en cuenta para entender algunos de los motivos, como el cansancio y
el estrés, los problemas en la relación de pareja, las rutinas, las
inseguridades, los cambios en los roles, etc.
"¿Habré dejado de gustarle?" "¿Tendrá un/a
amante?" "¿Y si ya no me quiere?" Cuando alguien se encuentra en la situación de
que su pareja rechaza cualquier acercamiento en el plano erótico, se activan
todas sus “alarmas” y es entonces cuando surgen la confusión, la incertidumbre
y los interrogantes.
¿A qué puede deberse tal
circunstancia? Si como personas nuestras peculiaridades nos hacen únicos y como
pareja nuestras reglas y costumbres también son especiales, es evidente que no
va a existir una explicación capaz de calmar las dudas de todos los que vivan o
hayan vivido esta situación. Aun así, veamos ciertos hechos que necesitaremos
tener en cuenta para entender algunos de los motivos que pueden facilitarla:
1. Cansancio y estrés. Si bien os puede parecer una excusa
muy general, en realidad es la primera causa que provoca una disminución de
nuestra libido o deseo de mantener relaciones sexuales. Si estamos sometidos a
grandes dosis de estrés, inestabilidad y/o preocupaciones laborales, entonces
es evidente que en nuestra mente ese hecho ocupará un espacio mayor del
recomendable. La dificultad para desconectar del trabajo una vez finalizada la
jornada, o incluso de seguir trabajando una vez se llega a casa, mantiene
nuestra cabeza tan ocupada que ni siquiera podemos permitirnos el lujo de
relajarnos y dejarnos llevar.
2. Problemas
en la relación de pareja.
Un periodo de continuas discusiones y desavenencias puede afectar al vínculo de
pareja, de modo que uno de los dos (o ambos) no se sienta emocionalmente unido
al otro. Ante la falta de acuerdos y las dificultades de comunicación es más
difícil que fluya el entendimiento en el plano erótico, aunque también hay
quien dice que unos y otros no se ven relacionados. Como siempre, cada pareja
es un mundo.
3. Rutina. Una vida erótica demasiado
monótona y repetitiva puede influir en un descenso del deseo y de la búsqueda
de esos momentos de intimidad con la pareja. Por eso es importante no dejar de
sorprenderse mutuamente. Recordar que el coito es solo “un plato del menú”,
pero que éste es tan enormemente variado que existen infinitas formas de saciar
nuestro “hambre”.
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http://www.malicieux.es/magazine/sexo/mi-pareja-no-quiere-hacerme-el-amor.html