domingo, 14 de septiembre de 2014

Los sentidos en el sexo: vista y oído


Seguro que alguna vez te has dado cuenta de la forma en que se intensifican tus sensaciones cuando estás con esa persona: cuando te mira, cuando te besa, cuando te toca… En este artículo para la revista Malicieux Magazine decidí abordar este tema, y ¡estoy segura de que no os dejará indiferentes!



VISTA

Si tenemos un sentido especialmente sensible a la excitación, es la vista. Probablemente habrás oído alguna vez la expresión de que las cosas “nos entran por los ojos”. Cuando vemos a alguien, nuestro cerebro recibe ese estímulo visual, lo procesa y, en milésimas de segundo, lo valora como atractivo o como no atractivo sexualmente. Como ya sabrás, los hombres son más sensibles a la estimulación visual, mientras que las mujeres atienden a todos sus sentidos de una forma más repartida. Aun así, parece que hay determinadas características físicas que se llevan la palma en cuanto a su poder de atracción, por motivos principalmente evolutivos. Por ejemplo, según el psicólogo evolucionista David Buss, los varones de todo el mundo prefieren esposas físicamente proporcionadas, de piel clara, ojos luminosos, labios carnosos y figuras curvilíneas, que sean por lo común dos años y medio más jóvenes que ellos. La razón sería que ante todo prima su interés por encontrar a una mujer fértil y que pueda hacerse cargo del cuidado de los futuros hijos. Sin embargo, según este psicólogo, las mujeres de todas las culturas tienen menos interés en el atractivo visual de un posible marido, y más en sus recursos materiales y estatus social, prefiriendo que sean un mínimo de tres años mayores que ellas. En este caso, lo que buscarían es asegurarse de encontrar a un hombre que pueda mantener económicamente a los hijos que tuvieran. Por supuesto, eso no quita para que no haya una cierta generalidad en cuanto a los rasgos físicos más buscados, aquellos que potencian la estructura típica masculina: mandíbula ancha, nuez marcada, mentón prominente, manos grandes, espalda ancha, etc.

Si tenemos la suerte de contar ya con una pareja, eso no significa que nuestra visión se reduzca a atender a esa persona, y es lógico que se siga mirando a otras, incluso inconscientemente. Estamos biológicamente preparados para atender a ciertos estímulos visuales, y eso no convierte a nadie en desconsiderado o infiel. Por eso, no hay que poner el grito en el cielo si encuentras a tu pareja mirando a otra persona o, por ejemplo, viendo una película erótica. Por supuesto, luego cada uno tiene su propia opinión y reglas de pareja, y puede que todo se reduzca más a una cuestión de forma (cómo lo/la mira, cuánto, etc.) que de contenido.

Centrándonos en los aspectos más sexuales, es evidente que el simple hecho de ver desnuda a tu pareja, es sumamente placentero. Quedarse desnudo delante de alguien es un símbolo de confianza e intimidad, pero también tiene un elevado poder erótico. La forma en que se quita la ropa, si lo hace deprisa o despacio, si juega contigo mientras lo hace… Reflexionad un poco sobre las siguientes preguntas: ¿Siempre os quitáis la ropa en el mismo orden? ¿Os la quitáis el uno al otro, o cada uno la suya? ¿Habéis probado a dejaros alguna prenda? ¿Habéis usado alguna vez lencería sexy o erótica? Existen muchas formas de potenciar la excitación a través de lo visual, por lo que es importante dejarse las vergüenzas a un lado y mantener una cierta iluminación en el lugar donde vayáis a tener el encuentro. Si la luz os parece demasiado intensa, podéis probar a usar algunas velas, o incluso a tratar de serviros de la iluminación que os llega de otra estancia del lugar.  Tener delante de ti al hombre/mujer que te pone, viendo cómo su cuerpo reacciona complacido por tus caricias es una de las sensaciones más placenteras que existen. No hay nada más excitante que mirar la cara de tu pareja rindiéndose a tus atenciones, rogándote prácticamente que no dejes de tocarla, y, por fin, culminando con un orgasmo. Esa cara de satisfacción es tan sumamente potente, que se refleja en el otro amante, retroalimentándose el uno al otro. A continuación, nada tiene más valor que mirar a tu pareja directamente a los ojos, unos ojos que transmiten los sentimientos más sinceros.

Así, dejando a un lado las explicaciones evolucionistas, el caso es que cuando alguien es objeto de nuestra atención, en términos sexuales, nos cuesta apartar la vista de él/ella. Analizamos su cuerpo pero también su forma de moverse, y hasta la forma en que va vestido/a. Nuestro deseo sexual se ha visto activado. Y eso ocurre tanto con nuestra pareja como con desconocidos, aunque con ciertas diferencias, al estar o no envueltos los sentimientos. Si nos miran de la misma forma, entonces tendremos más posibilidades de éxito. Pero no basta con encandilar a nuestra vista, también el resto de sentidos tienen mucho que decir.



OÍDO

De nuevo aquí tenemos otro buen debate… ¿qué pesa más, la forma o el contenido? Y es que al parecer, la vibración y tono empleado al hablar, tiene un enorme valor a la hora de resultar atractivo para los demás. Voces más graves en los hombres y más agudas en las mujeres son las que se buscan más frecuentemente, como signos de su masculinidad/feminidad. Además, como se sabe, el tono empleado al decir determinadas cosas, puede influir en gran medida sobre la forma de recibir el mensaje. En el terreno sexual, el tono y contenido de determinados comentarios puede tomarse de forma diferente según el momento en que se encuentren los amantes. Es decir, no es lo mismo emplear una frase picante en una situación erótica, que en mitad de una comida familiar, lógicamente (...)


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Alejandra Enebral 

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