¡Qué difícil es pasar página en algunas ocasiones! Nos sentimos dolidos, decepcionados, o peor aún, seguimos enamorados... Hablamos de ello en el siguiente artículo para la revista Malicieux Magazine.
Cuando una relación
de pareja se rompe, cuando las circunstancias obligan a poner fin a una
historia o cuando uno decide darse por vencido ante algo que nunca llegó a
iniciarse, lo que toca es “pasar página”.
Quien más y quien menos ha tenido la sensación de quedarse anclado a una
historia sentimental, de no saber si el tiempo será suficiente para quitarse a
esa persona de su cabeza.
Las reacciones de
los individuos pueden ser muy diversas ante este tipo de situaciones. Están los
y las que optan, como primera opción, por cortar
todo tipo de contacto con esa persona, pasando por borrarla de las redes
sociales y por evitar los lugares que sabe que frecuenta. Pero también quienes
son incapaces de eliminar a esa persona de su vida, y se resisten a dejar de verse o de hablar, teniendo la utópica idea
de que en seguida una amistad es posible. O quizás es que su objetivo es
recuperarla, siendo la “amistad” el medio para ello. Asimismo, están los y las
que, aunque dejen de hablar con la persona, siguen interesándose por lo que
hace, curioseando a menudo sus
páginas o preguntando entre los amigos comunes. Rabia, negación, dificultad
para dejar marchar. Ningunx de ellxs ha
pasado página.
Pasado un tiempo,
están los y las que todavía esperan que
esa persona de su pasado reaparezca y le diga lo que quiere escuchar,
quizás algo que nunca le dijo. Un perdón. Un te echo de menos. Un te quiero.
Quien se lamenta por no haber sido capaz de decir esas cosas en su momento y
sabe que ahora es demasiado tarde. Quien se da cuenta de los errores cometidos
y sabe que ya no sirve de nada, pero aun así algo le impide mirar hacia
adelante. Quien cree que nunca volverá a
sentir lo mismo por otra persona, por mucho que vuelva a engancharse a otrx.
Quien teme volver a hacer sufrir a otrx, y se abstiene de volver a intimar con alguien.
Unos amaron tanto que tienen miedo de
volver a hacerlo, otros de volver a ser amados y no saber corresponder.
Están también los y
las impacientes, que se empeñan tanto en olvidar a alguien que en seguida se fuerzan para encontrar a otrx similar que
le sustituya, iniciando relaciones con el único objetivo de no sentirse
solo. Quienes buscan una y otra vez esa sensación de intensidad que
caracterizaba aquella antigua relación, desechando todo aquello que no se le
parezca, sin siquiera darse el tiempo de rigor. Quienes tras no conseguir
superar el fin de una historia, acumulan trofeos que les mantengan, al
menos, entretenidxs. Idealizaron tanto a esa persona, que tratan de anestesiar de alguna forma ese sentimiento de pérdida.
Por otro lado,
están los y las que se han quedado tan dolidxs o decepcionadxs que se conforman
con, simplemente, dejar de buscar, perdiendo el interés en volver a ilusionarse
con alguien. Piensan que si no aman, no
sufren. No se sienten capaces de volver a confiar en otra persona, y acaban
por creerse que no tienen siquiera la capacidad de hacerlo. Se centran en sus
amigos, su trabajo, sus estudios, y en llenarse de planes que ocupen su tiempo
y justifiquen su inexistente vida sentimental. Y si alguna oportunidad se
presenta, lxs hay tan miedosos que corren en la dirección opuesta. El temor a un nuevo fracaso hace que ni
siquiera quieran intentar un éxito.
Están también los y
las que consideran que se merecen de una
vez una historia sin obstáculos, sin amores imposibles, sin la sensación de
que viven en una constante cruzada. No es que exijan cuentos de hadas, tan solo
ruegan por no vivir en continua incertidumbre. Quieren una relación de esas que
viven los demás, a los que todo (parece que) les va bien. Están deseosxs de
romper con su pasado lleno de baches y quieren por fin vivir algo “de verdad”.
Es evidente que nadie puede exigirse ese resultado del
“pasar página”, que el proceso dura un tiempo muy variable para cada
individuo, que depende de multitud de circunstancias, y que ni siquiera te
asegura que sea algo definitivo (...)
Pincha en el siguiente enlace para leer el artículo completo:
http://www.malicieux.es/magazine/bienestar/aprender-a-pasar-pagina.html
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Alejandra Enebral
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